5 Lecciones de Vida que nos Enseñan los Viajes

Cada viaje es especial, se vuelve una experiencia pura de felicidad y emociones que te permiten aprender muchas cosas, o contemplar algunas que posiblemente ignorabas por la falta de experiencia o el contacto con un mundo un poco diferente al tuyo.

Viajar implica motivos incalculables; para salir de la rutina, tomar distancia de lo cotidiano, para conocer y experimentar de primera mano nuevas culturas, ir un poquito “más allá” y principalmente, salir de nuestra zona de confort; donde la aventura inicia desde el momento en que ponemos un pie fuera de casa.

Puede ser cierto que aunque sean nuestras vacaciones, el hecho de salir de una zona de confort no sea tan drástico, pero ¿a cuántos nos nos ha pasado perder un avión, que nuestras maletas pesan más de lo debido o inclusive, tener alguna discrepancia con nuestros seres queridos en los días que deberían ser de pura felicidad? De alguna manera, es dar saltos hacia situaciones que no esperamos y aprender un sin fin de cosas a raíz de eso.

En este blog, te resumimos 5 Lecciones de Vida que aprenderás en cada uno de tus viajes, así que aprovecha las filas en el aeropuerto y toma nota.

1. La paciencia es una virtud.

Viajar es un ejercicio de tolerancia, paciencia y determinación... Desde que salimos de casa podemos encontrarnos con el tráfico para ir al aeropuerto, filas extensas para documentar, que el avión cargue el combustible, la fila para subir al avión, esperar la maleta, que si la foto y no te gusta la foto, en fin… Pasa de todo.

Al exponerte a lo desconocido y a la incertidumbre, aprendes a respirar en medio del caos, a ver los problemas desde afuera y no sumergirte en ellos; entendemos que tarde o temprano todo tiene solución.

También se aprende a ser flexible y a vivir el presente sin preocuparnos por las contingencias. Puesto que en un abrir y cerrar de ojos, el viaje se termina, mostrándote el concepto de que todo en la vida es pasajero, pero el cambio siempre nos trae nuevas oportunidades, nuevos caminos.

2. Confías más en ti mismo.

Te encontrarás a ti mismo en diferentes facetas; conocerás la mejor y la peor versión de ti, por detalles bastante comunes a la hora de realizar un viaje. Pero a la vez el descanso y el estar alejado de situaciones de estrés, te darás la oportunidad de reflexionar y pensar un poco más en ti mismo, a caer en cuenta de qué es lo que más disfrutas hacer, de cuáles son tus sueños y podrás aceptar esa parte de ti que te lleva a al autoconocimiento, a la solución de cualquier contratiempo y a confiar en ti mismo.

Volando alto

3. Encuentras nuevos amigos que se vuelven parte de tu familia.

El estar lejos de casa, lejos de tu sofá o de tu cama, te ayuda a abrir tu corazón y a estar dispuesto a compartir más con nuevas personas. En especial si tu estadía es en un hotel All-Inclusive, podrás encontrar espacios para crear posibles lazos permanentes.

No sólo conociendo a las demás familias que se hospedan en el hotel al igual que tu, si no ten la confianza de que al estar en contacto con el equipo de animación, meseros, concierge; puedes encontrar a personas con quienes platicar de temas profundos y personales, que además de brindarte un buen servicio, ayudarán a vivir una experiencia única.

4. Aprende a vivir cada viaje.

Como dice la canción: “Yo no sé, mañana”, nunca se sabe qué puede suceder en cada instante. La vida y los viajes dan vida y alegría, por lo que vale la pena disfrutarlos y vivirlos con intensidad. Viajar es una inversión en uno mismo y en nuestros seres queridos en donde vivirás recuerdos imborrables.

5. La felicidad puede caber en una maleta pequeña.

¡Todo lo que necesitas para sobrevivir puede caber en una mochila! Así de simple, viajar te enseña que no necesitas mucho para ser feliz, no hay que tener mucho dinero para conocer el mundo. Entiendes que necesitas muchas menos cosas de las que creías, que es mejor cargar con el peso de las buenas experiencias a una enorme maleta que nos lastimará la espalda; las cosas simples y los detalles son lo que te hacen sonreír con el corazón.

6. Los viajes te cambian.

Al regresar a casa, no serás la misma persona, viajar siempre abrirá tu mente; te dará toda la libertad y energía que necesitas para sentirte pleno y feliz. Despierta en ti esa curiosidad de niño que quiere saciar el deseo de explorar y expandirse.

El mundo tiene mucho que ofrecernos, es más grande, bonito y generoso de lo que crees y permite que extiendas tus alas para volar e ir más lejos de tu imaginación.

El momento es ahora, vive hoy, y no dejes las oportunidades para después, porque si lo postergas, llegará un momento en que pensarás más tiempo en la pregunta de “¿qué hubiera pasado?” que en recordar todos los momentos felices. No importa a donde vayas, pero ¡atrévete a salir de casa!




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